Agradezco la oportunidad de hablar para Radio Bulgaria, puesto que este medio transmite para nuestros compatriotas en el extranjero; esta es una prioridad muy importante para mí y para nuestra institución, señala la vicepresidenta de Bulgaria, Ilyana Yotova, en vísperas del 24 de mayo, Día de la Educación y la Cultura Búlgaras. Entre los poderes de  la institución que la sra. Yotova encabeza desde hace dos años, aparte de trabajar con las comunidades búlgaras en el extranjero y conceder la nacionalidad búlgara, su institución se dedica a conceder asilo y ejercer el derecho a indulto. Antes de ocupar el puesto de vicepresidenta del país, Yotova ejerció durante tres mandatos como diputada del Parlamento Europeo. Ahora el tema de Europa continúa formando parte de su labor por medio de la organización de talleres estudiantiles “Europa”, en los que debate con los jóvenes de Bulgaria el futuro del proyecto europeo y sus expectativas relacionadas con dicho proyecto.

Es evidente que nos encontramos en una encrucijada, y esto no es un cliché. Ahora está en juego algo muy grande; si el proyecto europeo seguirá desarrollándose, o si seguiremos a la deriva. La inercia actual, en mi opinión, es más peligrosa que llevar a cabo reformas en uno u otro sentido. Lo que se espera de los futuros diputados europeos es que sean visionarios, no solo capaces de conocer sus problemas nacionales propios, sino de poderlos superar y formular cómo deben desarrollarse las instituciones europeas, las políticas europeas, para que se recupere la confianza de los ciudadanos. ¿Cuáles han de ser las prioridades esenciales? En primer lugar, la lucha contra la pobreza. Ahora, 10 años después del pico de la crisis de 2008, no contamos con una respuesta política. Sí, al principio quizá fuera lógico rescatar a las grandes empresas que también generan los puestos de trabajo, a través de las llamadas “medidas de austeridad” que cobraron triste fama. Sin embargo, eso debió haberse hecho solo en los primeros años, ahora hay que centrarse en la vida cotidiana de cada uno de los ciudadanos europeos.

Uno de los problemas nacionales de Bulgaria es la demografía. El Estado busca una solución parcial al atraer a los búlgaros residentes en el extranjero, ofreciéndoles formación y trabajo en el país. Recientemente, la vicepresidenta Yotova ha promovido la creación de los llamados “talleres estudiantiles” relacionados con las perspectivas de desarrollo de las personas con titulación universitaria en Bulgaria. 

Hemos mantenido reuniones con las cinco principales universidades del país que trabajan con los dos decretos del Ministerio de Educación con los que el Estado búlgaro, por medio de becas, incentiva a jóvenes de origen búlgaro a venir a Bulgaria para estudiar en nuestros centros universitarios. No son jóvenes de regiones especialmente prósperas, pero deben superar un gran número de dificultades para poder estudiar en Bulgaria. Quisiera que las directivas de las Universidades búlgaras fueran un poco más ambiciosas y promocionasen sus centros en el extranjero. La competencia que suponen las universidades rumanas, sobre todo las de la zona de  Besarabia en Moldavia y Ucrania, y la rivalidad de las universidades serbias y rusas es muy fuerte. Así, en última instancia, ocurre que nosotros ofrecemos la oportunidad, pero no podemos completar las cuotas, lo que no habla muy bien de Bulgariacomo nación.  Estas diásporas históricas han sobrevivido más de 250 años, y ahora nosotros como Estado no somos capaces de motivar a esos jóvenes a venir a estudiar a Bulgaria.

Ya desde el comienzo de su mandato como vicepresidenta, en sus reuniones con las comunidades búlgara en el mundo, Ilyana Yotova lanzó la idea de crear un Instituto Cultural Búlgaro, cuya meta sería difundir el conocimiento del idioma búlgaro y popularizar los logros históricos y los valores culturales de Bulgaria.

Nuestra aspiración es mayor: un Instituto no solo de la lengua búlgara, sino también cultural, como el Instituto Cervantes, el Goethe Institut, el British Council o el Institut Français. Es una institución cultural, lo que significa no solo un estudio fortalecido del búlgaro, sino también el apoyo de la Asociación de Escuelas Búlgaras en el Extranjero, conferencias sobre el idioma búlgaro, presentación de la cultura búlgara moderna y antigua. Esto significa que el nombre de Bulgaria se pronuncie con respeto no solo como un país con una de las tradiciones más antiguas de Europa, sino también con un enorme patrimonio cultural e histórico. Y esta es una cuestión de gran influencia. Me gusta decir que donde no llega la diplomacia corriente, Bulgaria puede conseguirlo con la cultura.

El tema de la nacionalidad búlgara es muy importante para la audiencia de Radio Bulgaria, especialmente en los países balcánicos como Albania, Serbia o Macedonia del Norte.

Se ha creado un grupo de trabajo con la viceprimera ministra Mariana Nikolova, que deberá emitir para finales de julio una declaración concreta sobre cómo simplificar la Ley de ciudadanía búlgara. En mi opinión, el certificado de prueba de origen búlgaro debe eliminarse como documento. Actualmente la ley es demasiado liberal, lo que da derecho a las empresas búlgaras en el extranjero a emitir este documento a las diásporas históricas. Están registradas en países extranjeros, con lo que Bulgaria no puede ejercer ningún control sobre ellas.Para mí, el enfoque correcto al solicitar la ciudadanía búlgara alegando origen búlgaro es que el conocimiento de la lengua búlgara sea el primer y principal criterio.

La víspera del Día del Alfabeto Eslavo y de la Cultura y la Educación Búlgaras, la vicepresidenta de Bulgaria afirma ser testigo del proteccionismo nacional en muchos países de Europa que de alguna manera ignoran el papel de Bulgaria en la preservación de la obra y el alfabeto de Cirilo y Metodio.

Por eso debemos estar constantemente luchando y resaltando nuestros méritos. No hay un punto más importante en la historia europea que el Siglo de Oro del zar Simeón el Grande: todos lo reconocen. Pero lo reconocen los eruditos en los libros, y nosotros no tenemos cómo decírselo a los ciudadanos europeos o al mundo. La Presidencia de Bulgaria del Consejo de la UE, que ha tenido éxito en muchos sentidos, ha tenido también una gran desventaja: no hemos sacado suficiente partido a esos seis meses para demostrar quiénes somos, de dónde venimos y cuánto hemos hecho por Europa. Así, es responsabilidad de cada búlgaro propagarlo, y contar no solo lo que Bulgaria es hoy, sino lo que Bulgaria fue antaño, y que en el pasado también deberíamos buscar el futuro.

Versión en español por Marta Ros
Fotos: Archivo personal