Antaño las bandas callejeras ajustaban cuentas con el break dance, pero hoy este baile llena los escenarios solo por el espectáculo con elementos explosivos, ritmo embriagador y estilo creativo. Y aunque el break dance es un arte, es muy probable que debute como deporte en los Juegos Olímpicos de París de 2024. Así, entre los dieciséis mejores bailarines de break dance del mundo estará la búlgara María Spasova, conocida como “Queen Mary”.
Mary se clasificó para los primeros Juegos Mundiales Urbanos en Budapest, en los que quedó en sexto lugar. Esta joven de Burgás lleva ya doce años dedicándose al break dance y es considerada una de las grandes estrellas de este deporte: en 2011 ganó el título mundial para jóvenes menores de 16 años, y después se convirtió en campeona mundial.
De niña, Mary se entrenó en acrobacia, pero pronto renunció a esta actividad deportiva porque no veía libertad de movimiento. Me encanta sentirme libre, señala ella. Y comenzó a sentirse libre haciendo “parkour”: el arte de superar obstáculos mediante el movimiento, solo con las habilidades del propio cuerpo. Hasta que un día, saltando vallas, conoció a las personas adecuadas que la condujeron a las salas de break dance, y quedó cautivada por la energía, la música y los colores.
Al principio mis padres se mostraron algo escépticos, pero cuando obtuve mis primeros éxitos y me apasioné, comenzaron a apoyarme, recuerda Mary. Me gusta ser diferente, y el break es algo diferente en Bulgaria. Pero espero que se vaya integrando cada vez más en nuestra sociedad y que haya más personas que se dediquen a ello, porque es muy pegadizo.
Los bailarines de break dance se ganan al público con sus acrobacias, sus rápidos pasos con pies y manos, sus giros de cabeza y sus movimientos “freeze” (posturas congeladas). Y una atracción adicional a sus complejos números son los nombres con los que participan en los concursos. Así, un día Mary recibió un título real de su entrenador en Burgás, Hristo Andonov, y empezó a ser conocida en los círculos de break dance como “Queen Mary”.
El break dance se ha ido desarrollado desde hace mucho tiempo y actualmente es muy extremo, explica la campeona. Por eso todos los que se dedican a esto deben ser deportistas. Seguimos una dieta y entrenamos constantemente, por lo que el break dance no es un arte, sino un deporte.
En competición, el bailarín de break dance interpreta una combinación de 40 segundos y participa en las llamadas “batallas”. Los competidores se dividen en categorías según las clasificaciones en campeonatos anteriores, y luego se enfrentan entre sí. Hay dos rondas en cada “batalla”, es decir, cada uno participa dos veces en 40 segundos.
Además de entrenar, de pequeña Mary estudiaba con ahínco y actualmente habla cuatro idiomas. Se graduó por la Escuela Secundaria de Lenguas Romances de Burgás y se matriculó en Medicina en Bruselas, pero luego lo dejó porque no podía compaginarlo con el baile. Actualmente es estudiante de Psicología en Inglaterra, no solo porque siente la disciplina como parte de sí misma, sino también por las excelentes condiciones para hacer deporte.
Lamentablemente, las cosas en Bulgaria están un poco atrasadas en términos de apoyo financiero y moral, dice Mary. Por eso vamos rezagados, pero al mismo tiempo estamos llenos de esperanza y seguimos adelante.
Mary sueña con algún día abrir su propio club de break dance en su patria para transmitir su experiencia a los niños. Mientras tanto la esperan los Juegos Olímpicos. Cuatro años es mucho tiempo en este entorno, pero con toda seguridad estaré en París, ya sea como participante, jueza o entrenadora.
Versión en español por Marta Ros